sábado, 25 de febrero de 2012

Multar(me) o no Multar(me). Esa fue la cuestión.



Si un Guardia Civil me multa, ¿esto me convierte en su cliente? No lo sé, pero voy a pensar que sí y a escribir aquí lo que me pasó ayer.

Todos pensamos que nos multan injustamente. Nadie tiene la culpa cuando hay accidentes y nadie es multado con razón, sino porque "el profe me tiene manía". A mí me multaron ayer con razón, pero en circunstancias cuando menos...curiosas. Juzguen ustedes.

Esto no es irónico: respeto mucho el trabajo de los motoristas de la Guardia Civil. Me parece que durísimo estar todo el día en la carretera, con el riesgo que ello conlleva, y que el contacto con los "clientes" sea sólo para marrones. No es un trabajo que me gustaría hacer. Por ello, las pocas veces que me han parado (3 en 19 años) he tratado de ser lo más amable posible. Me han puesto tres multas y una de ellas la recurrí y la gané. La segunda ni me molesté porque decían que había pisado una línea continua que yo creo que no pisé...pero demuestra eso si tienes narices.

La tercera fue ayer. La de ayer fue rara. Y peligrosísima. 

Salgo de trabajar. Me incorporo a la autovía y cuando miro por la ventanilla izquierda me encuentro a un motorista haciéndome el gesto de los "pajaritos por aquí, pajaritos por allá". 

¡Ag! ¡Hostia tú, qué susto! ¿Un ente verde, posiblemente venido del espacio exterior, bailando en una moto al ritmo de María Jesús y su Puñetero Acordeón? No, no va a ser eso. A ver, Luis. Razona.

Ok, es la Guardia Civil. Y creo que me dice que encienda las luces. Son las 18:40 y hay luz perfectamente suficiente, pero si el motorista me dice que las encienda, como si quiere que ponga velas. Las enciendo.

Me adelantan las dos motos y mientras la primera se aleja rápidamente, la segunda se queda delante de mí. Vaya por Dios. Me lleva un rato a 90 por la autovía y al final me decido a adelantarle (límite, 120 km...pero no paso de 110). Que adelantes a un motorista y se te quede mirando te hiela la sangre. Es un momento duro, duro. Duro.

Así que se me pega detrás y palante, como si fuéramos un trenecito. Copón, ¿qué habré hecho yo? ¿Le habrá molestado que le haya adelantado? Luis Carlos: date por jodido.

Supongo que avisa con sus poderes mentales al primer motorista, que estaba lejos, y empieza a reducir el ritmo. Y aquí es donde empiezan las risas.

Yendo los tres en trenecito, sin hacerme ningún gesto, me quedo en medio. Como no me dicen nada de nada, me decido a adelantarles. No-he-hecho-nada. Creo.

Miro por el retrovisor para poner el intermitente y veo que el de detrás enciende las luces azules y las intermitencias...justo cuando íbamos a entrar en una curva que se hace a más de 100 kilómetros por hora. 

...No puede ser. Quiere que me pare...¿aquí?. Pues nada, paro. Joder, claro que paro. Ya sé qué pasa si te dicen de parar y no paras. Así que pongo las luces de emergencia, me meto en el arcén y me paro. En mitad de la curva. Los coches y camiones pasándonos a toda leche.

Se baja el Guardia Civil de delante, se me acerca y me dice:

- Buenas tardes. ¿¿¿Por qué ha parado???

Supongo que la cara de asombro que puse fue bastante cómica. No sé qué responderle, claro. El chaval se percata de que algo no encaja y cambiando el tono radicalmente, mira a su compañero y me dice:

- ¿Mi compañero le ha indicado que se pare...aquí?

Le contesto:

- Supongo que sí; ha puesto las luces azules y las intermitencias. En esos casos creo que lo que se debe hacer es parar, pero no sé el motivo.

Iba a añadir "igual he pinchado", pero coge y se va para la parte trasera y se pone a conversar con su compañero. Juraría que echándole un rapapolvo en plan "tío, ¿estás loco? ¿por qué has parado? ¿y cómo se te ocurre hacerlo aquí?"

Así que el que me había parado veo que señala la parte trasera (¿habrán descubierto el cadáver del maletero, el alijo de cocaína, el depósito oculto de armas...?).

Nueva conversación entre ellos. Y los coches pasando a toda leche junto a ellos. Fuera de coñas: no pasó una desgracia porque Dios no quiso, porque hubo un camión que pasó rozándoles, pero bien. Lo normal, en ese punto, donde todos los años hay varios accidentes.

El primer Benemérito, el que no sabía por qué me había parado el otro, se va a la parte de delante del coche. Y viene después a mi ventanilla.

Otro camión rozando.

- El motivo de que le haya parado mi compañero es que lleva las placas en mal estado. Sígame hasta la siguiente gasolinera. Cuidado al incorporarse a la autovía. 

Efectivamente, llevo las placas regular. Sabía que debía cambiarlas. Hasta puedo aceptar la multa porque supongo que hay una norma que obliga a llevarlas impolutas. No hay problema para leerlas ni siquiera en los puñeteros parking que siempre me reconocen la matrícula...pero no están muy bien, que digamos. Ok, acepto la multa.

Sé otros casos donde han indicado que "o las cambia, o la próxima vez le multaremos"...pero están en su derecho de multarme.

Pero lo triste es que me dio la sensación de que el Guardia Civil que me paró lo hizo para multarme por lo de las luces (18:40 de la tarde. Les invito a que juzguen si hay suficiente luz). El primer Guardia Civil, supongo que más veterano, le debió indicar que eso no era motivo para multarme, joder. La mitad de los coches que nos adelantaban no llevaban las luces.

Así que vieron las placas de matrícula y...200 €. 100 € con el descuento, si no recurro.

Igual me equivoco y realmente el primer Guardia Civil quería sancionarme desde el primer momento por las placas y el otro, el veterano, miraba y volvía a mirar el coche para ver si realmente lo debían de hacer o no. Las placas son TOTALMENTE legibles. 

Un montón de tráfico, como todos los viernes, la gente a toda velocidad, adelantamientos peligrosos, un atasco de mil pares en Plaza...me dio la sensación, insisto, que al Guardia Civil veterano le mosqueaba bastante el hecho de estar perdiendo el tiempo por algo así, cuando tenían trabajo para aburrir.


El resto ya es papeleo. El que NO ME HABÍA PARADO me da las explicaciones. El otro, callado, salvo para explicarme cómo llevar ordenadamente los papeles del la ITV, el permiso de circulación y demás que, yo, nervioso, no acertaba a encontrar. Muy enrollado. Me sonó a "no me odies, que igual no debía de haber hecho lo que he hecho".

En fin. Dos veces me han perdonado multas que sí debían de haberme puesto, así que una cosa por la otra. Pero pusieron en riesgo sus vidas, y la mía, parándome en mitad de una curva muy peligrosa. Un poquito de por favor, por Dios.

Uno de los camiones pasó muy muy cerca.

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